domingo, 9 de septiembre de 2007

El oxígeno del hombre dentro de las organizaciones

Afirmar que la administración de los recursos humanos será la base de la competitividad en el tercer milenio no es una profecía; basta conocer la historia para entender que ahora como antes la grandeza de las empresas, está íntimamente ligada a la grandeza de los hombres que las han llevado a cabo.
Ni la calidad, ni la seguridad, ni la productividad, ni la rentabilidad que afanosamente buscamoshoy en las organizaciones puede darse sin el hombre. Las maquinarias más modernas, las tecnologías más avanzadas y las estrategias más certeras son incapaces por sí mismas de alcanzar el éxito.
Pero tampoco son los recursos humanos en abstracto quienes deciden el éxito en la organización. Es el hombre, cada hombre - individual, único e irrepetible - quien decide la caidad, la seguridad y la rentabilidad de un negocio.
Asistimos sin embargo a un momento histórico en el que la humanidad, se deshumaniza y las empresas no son la excepción. Cuando el hombre no se comunica porque no tiene nada en común con quienes lo rodean, cuando es una víctima de una comunicación de pacotilla, se asfixia tanto él como las instituciones que le rodean.
Para situar el complejo y rico fenómeno de la comunicación, foco de nuestra atención, es necesario distinguir entre emitir mensajes y comunicar; ésta última es dar una información a alguien que la recibe, la acepta como suya y la responde.
Si la comunicación no tiene en cuenta al destinatario, no es tal, puesto que comunicar es una forma de dar y compartir en la que están presentes el que habla y el que escucha. La verdadera comunicación es poner y tener en común.
Pero esto no es fácil. Si de lo que se trata por medio de la comunicación es acercarnos a realidades comunes, hay que aceptar de entrada que el trato del hombre con la realidad es complejo, como bien dijo Inennarity, "El hombre es un animal que anda siempre con rodeos ante la realidad" La relación humana con la realidad es indirecta, circunstancial, vacilante, selectiva... temerosa, diría yo.
La persona no puede entender las cosas de repente, necesita vestir la verdad con las palabras adecuadas para embellecerla. La verdad desnuda es simplemente brutal, hay que humanizarla: lo contrario de la barbarie es la grámatica; en la civilización lo que manda es la palabra y no las cosas... las leyes, la poesía, la buena prosa, la retórica; el lenguaje es parte de la civilización que pretende acabar con la barbarie.
Pero. ¿por qué la comunicacion oxigena al hombre?
Cuando Ricardo Yepes afirma que el hombre necesita dialogar, nos está diciendo que sin comunicación, el hombre no vive, porque como decía Martín Entralgo, el hombre es un ser constitutivamente dialogante, con una necesidad vital de comunicación, de enriquecimiento, de tener algo común de los demás.
Tanto arruina al hombre la falta de comunicación que su carencia lo destruye a él y a sus comunidades: la persona, los matrimonios, las empresas, las familias y las instituciones se vienen abajo cuando la comunicación se resquebraja.
Desde un punto de vista social podemos igualmente afirmar que la comunicación oxigena a la empresa, la enriquece, la vitaliza.
El hombre vivo es el primer elemento de la vida social, la primera pieza básica que la constituye, y sin la cual ella no surge, como es obvio: los cadáveres no conviven, aunque estén juntos.
El segundo elemento que hace posible la vida social es la comunicación, sin ella no existiría la sociedad ya que no podríamos manifestarnos ni compartir el conocimiento, niponernos de acuerdo con los demás.
Para que la comunicación vitalice a las empresas es necesario que promueva lo siguiente:
  1. Un bien común, que son los fines y valores perseguidos, y los medios de que se disponen.
  2. Una ley común, es decir, las reglas que marcan el modo de actuar dentro de la empresa.
  3. La tarea común que se debe realizar y gracias a la cual se alcanzará, de una manera asequible para un equipo lo que era asequible para un individuo.Por ejemplo, interpretar la quinta sinfonía de Beethoven.
  4. Una obra común, es decir, unos productos, bienes o servicios, fruto de la tarea común.
  5. Una vida común, es decir, un tiempo de convivencia para el logro de los objetivos.

Una correcta comunicación puede acelerar el fortalecimiento en la empresa de los elementos mencionados, sin embargo, hay que que tomar siempre en cuenta que se trata de un proceso de mediano y largo plazo; y es importante recordar que aunar inteligencias y voluntades, poner y tener en común, lleva tiempo.

Una comunicación incorrecta es la verdad a medias, es la perversión de la comunicación. El sofista, dice Yepes, es un actor y con frecuencia un cínico; si lo que se comunica no tiene fundamento en la realidad o no es congruente con ella, el proceso se vicia, pierde toda credibilidad.

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Temas de comunicación organizacional, comunicación interna. Importancia de la comunicación interna en las empresas y su impacto en el clima organizacional

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