Haciendo referencia al inigualable texto de Miguel de Cervantes Saavedra, "El Quijote" y buscando una analogía con el momento que está viviendo la comunicación en nuestras empresas, podríamos iniciar estas líneas de la siguiente manera.
En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Donde ese lugar extraño del cual no se quiere, no se puede o no se debe recordar el nombre podría ser cualquier empresa de nuestra sociedad mexicana, donde seguramente se encuentra un hidalgo que con lanza cabalga sobre el lomo de un rocín, cualquier semejanza con los directores de las empresas que conocemos, es mera coincidencia.
Muchos podrían argumentar que la lanza que lleva nuestro personaje es el plan de negocios, otros dirán que se trata de los objetivos financieros, pero sin duda, estamos dejando de lado un factor fundamental para que los directores logren que toda la organización crea y trabaje por el objetivo plan-teado, llámese plan de negocios, estratégico o financiero, nos referimos a la comunicación; sin lugar a dudas la lanza que porta o debe esgrimir es la comunicación.
La comunicación en las organizaciones es fundamental, sobre todo si se busca que todos los que integran a la empresa se comprometan con el logro de los objetivos. Comunicar en una labor que va más allá de sólo enviar un mensaje o informar al personal de alguna situación de la organización.
También es cierto que el director o CEO de la organización tiene una agenda muy ocupada y que hay algunas actividades de alta prioridad para el negocio, en las que desafortunadamente no está considerada la comunicación, atinadamente, muchos empresarios se han percatado de la importancia que tiene y el gran apoyo que puede dar para alcanzar las metas planteadas, es por eso, que cada día más empresas cuentan con un área de comunicación.
Anteriormente, la función de las personas responsables de comunicación se limitaba a colocar mensajes en los pizarro-nes o a redactar cartas de presentación para los jefes, ge-rentes y directores; en la actualidad se requiere de un mayor potencial por parte de los comunicadores, ahora su principal papel es apoyar a la dirección general a lograr los objetivos de la organización.
El comunicador debe presentar una actitud estratégica, reconocer cuáles son los objetivos del negocio e identificar de qué manera los podrá transmitir al resto de la compañía, teniendo claro el objetivo que persigue y buscando, sin duda, lograr comprometer a los miembros de la organización.
La comunicación se convierte en el alma, es como la pluma de la que habla Cervantes en "El Quijote", donde menciona que "La pluma es lengua del alma: cua-les fueren los conceptos que en ella se engendraren, tales serán sus escritos."
Por lo tanto, los que llevemos a bien esta misión, deberemos extremar el cuidado de cómo lo haremos, pues está claro que será nuestra responsabilidad el mensaje que se trasmita, la forma en la que se haga y el impacto que tenga.
Por: Iván Cabañas López
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