EL PROCESO DE COMUNICACIÓN:
Etapas de la comunicación bilateral.
La comunicación es imperativa en todo momento de nuestra vida, por tanto es nuestro deber tratar de hacer nuestros mensajes lo más claros y precisos posibles. Robbins (2004) comenta: “para que haya comunicación se necesita una intención, manifestada como un mensaje que va a transmitirse. Va de un origen (emisor) a un receptor. El mensaje se codifica (se convierte en una forma simbólica) y se transmite por obra de algún medio (canal) al receptor, quien retraduce (decodifica) el mensaje enviado por el emisor. El resultado es una transferencia de significado de una persona a otra”.
Otro concepto que debe estar presente es la retroalimentación, pues a través de ella el emisor corrobora o se entera del efecto de su mensaje, ese origen mencionado continuará proporcionando información o tendrá que reafirmar el primer mensaje transmitido, debido a que el receptor no lo recibió como era esperado. Lo cual conlleva a entender esta comunicación como bidireccional, es decir toma un doble sentido, que le da certidumbre y precisión al emisor, debido a que permite la aclaración de dudas o corrección respecto del mensaje enviado.
Así mismo, dentro de ese proceso puede observarse la comunicación monodireccional, que como su nombre lo indica, solamente toma un sentido; no se espera una respuesta, sólo la acción, y en este caso puede observarse la necesidad de establecer una jerarquía, pues este tipo de sentido se utiliza de un ente superior a otro subordinado, puede ser de un jefe a un empleado, de un profesor a un alumno o bien de un padre hacia su hijo.
Factores personales, físicos y semánticos.
Una de las generalizaciones que Rangel (1990, p. 20) menciona respecto de la comunicación que “la comunicación interpersonal nos afecta y es afectada por nosotros mismos”, es decir, la forma en que interpretemos los mensajes que recibimos condicionan nuestra percepción y por ende nuestras respuestas, en este punto intervienen factores que afectan la interpretación de quien emite y recibe los mensajes, tales factores son los personales, físicos y semánticos.
El primero se divide en aquellos que se refieren a las condiciones individuales y a la capacidad receptiva de las personas, por ejemplo: oído, vista, etc., y los que involucran aspectos como necesidades, motivaciones, experiencia, antecedentes, emociones y otras características personales; un sujeto interpretará un mismo mensaje según su estado de ánimo, un regaño por parte de su jefe directo, quizá no cause un efecto negativo si acaba de enterarse de que se ganó la lotería.
Respecto de los factores físicos destacan las condiciones del entorno, o sea, el mensaje estará influenciado por el ambiente en donde se emite, como el ruido, la iluminación, clima, el manejo de los espacios personales de quienes participan en el proceso de comunicación; por ejemplo, no es difícil deducir el grado de confianza que existe entre dos personas a partir de la distancia corporal, si es una pareja de novios el espacio entre ellos será más estrecho, no así entre un profesor y su alumno.
Por último están los factores semánticos, enfocados al lenguaje verbal que las personas utilizan para codificar sus mensajes, intervienen aspectos culturales, generacionales, de profesiones, entre otros, respecto de los culturales podemos mencionar aquellas palabras que sólo se utilizan en determinadas regiones, para los yucatecos resulta muy común utilizar palabras de origen maya como tuch, que pudiera resultar confuso para los defeños, ya que ellos ignoran que esta palabra significa ombligo.
Conviene considerar la influencia que tienen estos factores en los procesos de comunicación, porque pudiera suceder que tomen más relevancia éstos que el mismo mensaje verbal.
Saber escuchar.
Elemento importante del proceso de comunicación es el receptor, que es el que decide escuchar, para lo cual resulta conveniente definir y diferenciar entre dos conceptos que podría confundirse como sinónimos: oír y escuchar. Oír es un fenómeno sensorial, mientras que escuchar “es un proceso activo que involucra la percepción, la comprensión y otras funciones mentales. Es un proceso selectivo en el cual entre los muchos estímulos de información que son accesibles al receptor en un momento determinado, selecciona nada más aquella información que satisface sus necesidades, deseos y propósitos”.
Elemento importante del proceso de comunicación es el receptor, que es el que decide escuchar, para lo cual resulta conveniente definir y diferenciar entre dos conceptos que podría confundirse como sinónimos: oír y escuchar. Oír es un fenómeno sensorial, mientras que escuchar “es un proceso activo que involucra la percepción, la comprensión y otras funciones mentales. Es un proceso selectivo en el cual entre los muchos estímulos de información que son accesibles al receptor en un momento determinado, selecciona nada más aquella información que satisface sus necesidades, deseos y propósitos”.
Podemos concluir que oír es un acto involuntario, mientras que escuchar requiere de la conciencia que quien recibe el mensaje. Resulta pues notable el hecho de que la comunicación es un proceso por demás complejo, es compartir nuestras experiencias, pensamientos, ideas y creatividad con una u otras personas. Cuando hablamos compartimos parte de nosotros y esto siempre tiene efectos, por lo que resulta conveniente poner especial cuidado en lo que decimos, a quién se lo comunicamos y la forma en que lo expresamos.
(Extracto del Manual de Expresión Oral de la UTP)
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